Así como ella, muchos otros jóvenes juegan ouija en la ciudad. Sin embargo, alguno de ellos, luego de la experiencia se sienten afectados psicológicamente.
Entendidos espirituales consultados por El Nuevo Día, coinciden en señalar que el juego de la ouija es peligroso, y que incluso las personas que la practican pueden sufrir trastornos psicológicos, aunque no todos.
El sacerdote Rogelio Fernández, de la Mansión, explica que la persona al jugar la ouija puede entrar en contacto con malos espíritus, lo cual podría afectarle. Por eso, aconsejó a los jóvenes y adultos que realizan este tipo de prácticas, a buscar orientación moral y espiritual para no dar pasos equivocados.
Según el sacerdote, esta orientación moral debe enfatizarse incluso en los colegios católicos, porque actualmente la orientación que se imparte a los estudiantes es deficiente y fría. Los jóvenes están saturados de materias y no tienen un tiempo para crecer en Cristorecalcó.
Ya el padre Wálter, uno de los sacerdotes más populares de la Mansión afirmó que ocasionalmente escucha que hay jóvenes que practican dicho juego, y que luego llegan con sus padres a la Mansión para pedir liberación porque están muy asustados. Son perturbaciones, trastornos psicológicos, y muy raros son los casos de personas poseídas, comentó el religioso.

Para Elizabeth, una fanática del Fen Shui dice que existen espíritus buenos y malos que deambulan en la tierra porque les faltó cumplir una etapa en su vida terrenal. Estos son factores externos que no se pueden ver, son parte del ocultismo y tienen poder, deprimen a los jóvenes, explicó la mujer.
Fuente: ea.el-nuevodia.com
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