
Quizás lo más importante de su personalidad sea su concepto dicotómico del mundo. Para los líderes religiosos mesiánicos, el mundo se divide en buenos y malos, en blanco y negro. Los grises no son posibles. Esta rigidez de criterios, que no acepta que las cosas tengan su lado positivo y negativo, caracteriza a los que tienen dificultad para aceptar la incertidumbre del mundo y los convierte en fanáticos porque solo creen en verdades absolutas.Los líderes son capaces de trasmitir a los demás está división. Sus tácticas se basan en que no importa la irracionalidad de sus postulados. Al contrario, ellos saben que cuanto más extrañas sean las ideas que aceptan los miembros de una confesión, más difícil les resultará salirse de ella. Quizás por eso todos los credos chocan con el sentido común.
Para comprender a un líder religioso, existe otro elemento esencial: el sentimiento paranoico de ser un mártir. Los adeptos deben creer que los otros, los no iniciados, les persiguen porque no pueden comprenderlos. El líder debe hacer creer que las críticas surgen de aquellos que no pueden ser partícipes de la experiencia de iniciación. Y así esas críticas no serán escuchadas ni realmente interiorizadas.Otro aspecto: la capacidad de arrastrar a las multitudes. Se da en individuos que tienen gran magnetismo personal y la suerte de que sus ideas encajen con las que flotan en el ambiente de su época.Todos estos aspectos se reúnen en las sociedades atemorizadas, en las épocas en las que impera el miedo.Las investigaciones muestran que en los momentos históricos de rigidez de ideas y paranoia colectiva, el surgimiento del líder fanático es más posible.El miedo abona el campo en donde surgen estos personajes. Por eso es importante no usarlo muy a menudo.
*la foto esta declarada un fotomontaje
No hay comentarios:
Publicar un comentario